08 Nov
La institución familiar y la educación en la igualdad
La institución familiar y la educación en la igualdad
“Así, la familia instituye, convierte en normas, ciertos valores que regulan las relaciones intrafamiliares y también proyectan unas determinadas actitudes hacia el mundo extrafamiliar. Pero, ¿cómo ven el mundo exterior las familias?, ¿qué actitudes transmiten a sus hijos hacia él?, ¿desarrollan inquietudes en sus hijos para construir, con la participación, un mundo más justo, o inculcan desesperanza y pérdida de credibilidad sobre la posibilidad de una sociedad mejor y más justa? En otras palabras, las familias pueden preocuparse por desarrollar la libertad, la igualdad, el respeto a los demás, la tolerancia, la aceptación de la diversidad de las personas, la responsabilidad social y moral, la participación en la mejora de la sociedad, la búsqueda y el trabajo por el bien común. Si las familias adoptan esta segunda perspectiva podemos afirmar que son, sin duda, educadoras del sentido moral”.
La institución familiar
Afirmar que la familia es el primer agente educador, es totalmente correcto, ya que es ella nuestro más fiel modelo de imitación. Además, la educación que recibimos de la familia se prolonga durante toda nuestra vida. Ahora bien, para que una familia se convierte en educadora moral deben de reunirse una serie de requisitos.
Al igual que las sociedades y culturas van evolucionando y adaptándose a los tiempos, y una generación cultural adquiere los valores y principios que les enseñan sus antepasados, con las familias pasa lo mismo. Toda familia se construye a partir de una estructura creada a través de la transmisión de conocimientos, ideales y principios de unos a otros, de generación en generación, y, aunque puedan existir ciertos cambios y matices en la forma de concebir las cosas, lo cierto es que lo esencial nunca cambia. Podemos cambiar las “paredes” de nuestra “casa”, pero la “estructura” siempre es la misma.
En qué lugar vemos que afectan estos principios
- Paredes= Ideas/pensamientos.
- Casa= Familia.
- Estructura= Valores.
De esta manera, se adquiere un conocimiento a través del cual ideamos nuestras propias creencias, y al final, estas últimas, determinan nuestra forma de comportarnos y actuar.
La familia, el modelo a seguir
En conclusión, a nivel educacional la familia es un referente máximo, puesto que es lo más cercano que tenemos y el modelo que, desde pequeños, tenemos como guía. Es más, solemos hacer las cosas como nos enseñan en casa, y en general, solemos tener los mismos valores y principios que los nuestros, precisamente porque son ellos quienes nos lo inculcan. Ahora bien, para que una familia pueda ser considerada como educadora moral, debe de acuerdo con el texto, tener la capacidad y el interés de desarrollar la libertad, la igualdad, el respeto a los demás, la tolerancia, la aceptación de la diversidad de las personas, la responsabilidad social y moral, la participación en la mejora de la sociedad, la búsqueda y el trabajo por el bien común, y todo aquello que consiga crear personas moralmente buenas capaces de actuar según sentimientos y referentes.
La familia es educadora, en cuanto que ejerce una influencia sobre sus miembros.
Si una familia carece de preocupación por enseñar este valor, será muy difícil que sus generaciones futuras lo adquieran, porque al final uno es como le enseñan, y los valores deben de inculcarse desde la infancia para que se conviertan en algo innato en la madurez.
Como decía Paulo Freire: “la educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor”, y no hay amor más puro que el de tu propia familia. Educamos desde el amor, como un reflejo del valor que nos caracteriza.
Este artículo ha sido redactado por María Jesús Barreñada Muñoz, perteneciente al despacho ARE-2 Abogados. Nuestro despacho con expertos en abogados de familia, la primera consulta es gratuita, y además financiamos los procedimientos, por ello si tienen alguna duda en relación con esta materia lo mejor es que contacte con nosotros en los teléfonos 91-5472525, 902-447722, 665508441, o a través del correo are2abogados.com